viernes, 15 de julio de 2011

El Cuentito del abuelo Carlos - Una breve explicación de qué pasó en los 90.


Había una casa donde vivían papá, mamá, y los dos hijos adolescentes.
Papá era remisero, mamá cosía para afuera, el mayor repartía pizzas en una motito, y el menor cortaba pasto.
Un día llegó el abuelo Carlos desde la Rioja, a vivir con ellos.
Pronto sacó dos tarjetas de crédito, y comenzó a comprar tonterías para todos. También pidió un crédito personal en la financiera del barrio, llamada MFI. Con todo ese dinero, pronto los hijos dejaron de trabajar, la madre también dejó de trabajar, y el padre salía a trabajar de vez en cuando.
Los hijos compraron un Play Station y una PC, la madre compró vestidos e iba todos los días al shopping. Finalmente, papá dejó de trabajar.
Para qué trabajar? Con sus préstamos, abuelo se ocupaba de todo. Nadie en la casa parecía darse cuenta de que nadie trabajaba, nadie producía, nadie se daba cuenta de que todo era una ilusión
Pero … un día hubo que pagar las tarjetas de crédito y el préstamo personal. Y el abuelo solucionó rápidamente el problema: hipotecó la casa. Con todo ese dinero, vivieron felices durante algún tiempo … hasta que se acabó.
Entonces, para evitar que se remate la casa, hubo que vender el auto, la máquina de coser, la motito y la cortadora de pasto. Y se pagaron algunas cuotas de los intereses de la deuda.
Pero un día, el dinero se acabó, y el abuelo ya no consiguió más créditos, y le sacaron las tarjetas de crédito.
Qué hacer? Sin auto, motito ni cortadora, nadie podía volver a trabajar.
Qué hacemos, abuelo?
El abuelo no contestó, se había ido y los dejó a todos en banda. Y encima se llevó los últimos pesos que quedaban.
Papá, mamá y los hijos tuvieron que salir a trabajar de cartoneros, vender flores y limpiar pisos. Pasan hambre, ganan una miseria y apenas pueden pagar los crecientes intereses de la deuda de la casa y de la deuda con la MFI.
Poco a poco lograron comprar un caballo y un carro para poder cartonear.
Un día el abuelo volvió. Les dijo que todo iba a ser igual que antes, que él los iba a “cuidar” como antes, que confiaran en él.
Y qué hizo la familia? Uno de los hijos, la mamá y el papá querían echarlo a patadas.
Pero el otro hijo quiso que se quede.
Saben qué dijo?
-Con el abuelo estábamos mejor. Teníamos cosas, comida, una PC y no trabajábamos-
-Pero era todo una ilusión- le dijeron. -Vivíamos gracias a los préstamos, nos endeudamos, perdimos los medios de producción!-.
-Ah, si?- respondió. -Mi PC es una ilusión? Todos los CD que me compré, era una ilusión? Existen, se pueden tocar. Que vuelva el abuelo-
Carajo! Si Ud. fuera un sobreviviente del Titanic y regresara en el tiempo, se volvería a subir, sólo porque durante el primer naufragio, no se ahogó?

Las reglas para tener éxito


Hay dos reglas para tener éxito:

1. No cuentes nunca todo lo que sabes.



miércoles, 13 de julio de 2011

¿Sabrán los ingleses que el orígen de su himno es una fístula anal?


Luis XIV, “el Rey Sol”, (1638 – 1715), estandarte de la monarquía absolutista, llevó a Francia a una de sus épocas más gloriosas.
Lógicamente, no todo fueron días de “miel y rosas” ya que durante varios años estuvo sufriendo “en silencio las hemorroides”, para ser más exactos y precisos una “fístula anal“. Parece ser que debía sufrir problemas de estreñimiento crónico que derivaron en una fístula anal con sus correspondientes dolores e irritabilidad al evacuar. Siguió varios tratamientos, propios de la época, que no hicieron otra cosa que empeorar su real culo. Hasta que llegó un momento que la situación era insostenible y le ordenó a su médico personal, Charles Félix de Tassy, un remedio definitivo. Éste decidió que la única solución era una intervención quirúrgica… pero nunca lo había hecho antes. Así que, decidió experimentar con “otros” pacientes. Después de varias intervenciones, y algún que otro contratiempo con los “voluntarios”, decidió que ya estaba preparado.